Cuando a Julito Pérez le diagnosticaron que se le iba a romper el corazón por no usarlo, decidió llenar la bañera de lágrimas y ahogarse en ella.
Pero por mucho que lo intentó, sólo consiguió que sus lloros le cubrieran los tobillos.
Al darse cuenta de que él no iba a poder hacerlo solo, decidió salir al mundo y conseguir que los demás le regalaran sus lágrimas.
Creyó en un principio que le iba a costar mucho encontrar a alguien que estuviera tal mal como él. Estaba convencido que era el único que no tenía nada ni a nadie en el mundo por quien poner en marcha su corazón.
Julito pensaba que era el más desgraciado del mundo.
Con paso lento, se dirigió a la plaza principal de Vil City.
Se subió al kiosco de música que habitaba en el centro, y expuso su problema a todos los transeúntes que pasaban por allí.
Cuando acabó de hacerlo, Julito Pérez les pidió que le regalaran sus lágrimas.
Las transeúntes convertidos ya en escuchantes, se miraron los unos a los otros.
Empezó uno, podía haber sido cualquier otro. Sus ojos comenzaron a mojarse, y después le siguieron los demás. No apartaron sus miradas mientras sus mentes pensaron en sus vidas.
Llegó una marea de lágrimas.
Y una ola gigante se llevó a Julito Pérez.
Todavía no le han encontrado.
Pero por mucho que lo intentó, sólo consiguió que sus lloros le cubrieran los tobillos.
Al darse cuenta de que él no iba a poder hacerlo solo, decidió salir al mundo y conseguir que los demás le regalaran sus lágrimas.
Creyó en un principio que le iba a costar mucho encontrar a alguien que estuviera tal mal como él. Estaba convencido que era el único que no tenía nada ni a nadie en el mundo por quien poner en marcha su corazón.
Julito pensaba que era el más desgraciado del mundo.
Con paso lento, se dirigió a la plaza principal de Vil City.
Se subió al kiosco de música que habitaba en el centro, y expuso su problema a todos los transeúntes que pasaban por allí.
Cuando acabó de hacerlo, Julito Pérez les pidió que le regalaran sus lágrimas.
Las transeúntes convertidos ya en escuchantes, se miraron los unos a los otros.
Empezó uno, podía haber sido cualquier otro. Sus ojos comenzaron a mojarse, y después le siguieron los demás. No apartaron sus miradas mientras sus mentes pensaron en sus vidas.
Llegó una marea de lágrimas.
Y una ola gigante se llevó a Julito Pérez.
Todavía no le han encontrado.
15 comentarios:
Uf, pobre Julito. Hubiera sido mejor cambiar de actitud.
:)
Un abrazo.
Quita quita, mejor usar el corazón y no necesitar tanta lagrima, je,je. Pobre hombre lo mal que lo debio de pasar.
Un abrazo. Olalla.
Algunas veces me siento Jilita Pérez, menos mal que se me suele pasar pronto...
Saludos y besos. Precioso post.
Hola compi, soy Joseba, me ha gustado mucho la fábula de Julito. Yo me siento como él desde hace mucho tiempo, sigue así, un abrazo.
Las lágrimas incontroladas, producen Sunamis en el corazón, que llega a ahogarse...muy ingeniosa...un abrazo de azpeitia
Ya se que me llamarás pesadA, pero a mi me parece triste. Pobre Julito, tendría que intentar sonreir más y asi, solo sonriendo un poquito más, seguro que su vida cambiaría y sería más positiva.
Un besito guapaaaaa.
Me recuerda a Alicia en el país de las maravillas, cuando se inunda con lágrimas. Muy bueno.
Que busquen a Julito en la superficie, que debería estar flotando, por la sal, digo.
La próxima vez, quizás debería pedir sonrisas. ;)
Besitos
hola!!
Me alegró mucho tu visita...
Jo, la verdad es que me siento identificada con la historia, a ver cuándo pones una más animada y también me siento identificad!!
Mil besos
Algo paradójico hay aquí, es imposible que se rompa algo que no se usa. Yo denunciaría al médico que le diagnosticó, fíjate que mal final tuvo el pobre Julito aunque por otro lado me alegro que haya desaparecido ¿para qué sirve un ser que no usa el corazón?
Eso sí, el cuento, como siempre, Genial :)
Genial!!!
Mira que muchas veces, caemos en la tentación de creer que solo nosotros sufrimos.
Lamento que Julito Perez aprendiera la lección victima de la ola jajajaja
Tengamos cuidado con las lagrimas de los demás
Besosssss
Gizz
Mi querida escritora o escribidora. Leerte es entrar a un mundo tan fantástico como real. Julito Pérez se fue entre esa marea de lágrimas anónimas. Y si miras bien todos, de alguna manera, somos como él. Por lo menos yo me dejo llevar por tus letras en tu espacio. La diferencia es que a mi sí me encontraste. Un fuerte abrazo de oso y un besito de mago. No me olvido de ti, siempre hay un variado, delicioso y sorpresivo menú.
Carlos Eduardo
Querida amiga,
Impactante historia la de Julito Perez, la cual asemejo con la del Rey Midas, no en autocompacion, pero sin en su afan de poseer.
Un abrazo grande..
Ay Julito.. Es tan triste estar triste!
Una ola de abrazos! :)
El mundo esta lleno de Julitos, si el pobre hubiese encontrado a paseantes, que en vez de llantos le regalarian risas,seguro que Julito seguiria entre nosotros....
Para llenar una bañera de lágrimas, teniendo en cuenta el volumen de una lágrima y que salen, más o menos, 3 lágrimas por minutos y que una bañera suele tener 200 litros. hacen falta 139 dias sin parar de llorar.
... curiosidades cientificas.
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