martes, 29 de julio de 2008

LA CASA DE LAS CAJAS


Rodolfo Lampierre tenía empaquetada toda su vida en cajas. Como su mejor y única amiga tuve la obligación, una semana después del entierro, de ir a su apartamento a poner en orden todas sus cosas. No hizo falta, él ya lo había hecho.

Siempre fue muy celoso de su intimidad y, aunque fuera extraño, nunca me había invitado a su casa.
Nada más abrir la puerta me encontré de frente con una inmensa caja que hacía las veces de baúl y la abrí. Contenía un vestido de la época de Sissí, pero de un tamaño desmesurado, tanto como el que tenía Rodolfo. Entré en el salón, me quedé completamente impresionada. Estaba lleno de cajas de diferentes colores y tamaños, perfectamente ordenadas y etiquetadas. Las paredes desnudas, sin el menor rastro de que hubieran acogido un cuadro jamás. No existía mobiliario. Comencé a mirar las etiquetas para descubrir qué podían contener. La variedad me impactó: medias, cosméticos, mapas, fotografías antiguas, poesías, perfumes, espejos, gafas, pelucas, flores secas...

La angustia se apoderó de mí y fui incapaz de abrir las cajas fuertes de sus secretos. Salí y me dirigí hacia otra habitación, era su dormitorio; una cama pequeña se encontraba en el centro del inmenso cuarto. Cama en la que parecía extraño que pudiera tener cabida Rodolfo con su corpulento armazón. Era extraño ver esa diminuta cama sola en el epicentro, sin mesilla, sin lamparilla, cubierta con un mantón de Manila negro. Como en el salón, pero sólo contra las paredes, se encontraban bordeando toda la habitación más cajas; pero aquí sólo de color negras. A mano y con letras torpes delataban sus contenidos: el arco iris, vejaciones en la niñez, deseo de amor, los silencios de mi madre, la dominación de mi abuela, el hombre de mi vida, mis miedos a las mujeres, mi vida en solitario...

Salí corriendo hacia lo que supuse era la cocina. Abrí las puertas intentando buscar un vaso para beber agua, me ahogaba, pero también allí todo estaba empaquetado en cajas.

La casa de cajas me hizo huir.

Mientras caminaba por la calle intentando que me diera el aire, me di cuenta de su última ironía: en su testamento había dejado escrito que no quería ser enterrado. Rodolfo había renunciado a reposar en su última caja.
Otra pequeño o gran momento de mi hijo literario “Rodolfo Lampierre”Este relato lo edité en el libro "Crónicas de Fábulas e Dezires" en el "Taller de escritura creativa Alfa"

domingo, 27 de julio de 2008

ME LLAMO GANUSIA


Me llamo Ganusia.
Y nadie entiende por qué todavía sigo viva.
Yo sí lo sé.

Ocurrió cuando nací.
Me lo contó mi madre cuando tuve uso de razón.
Parece ser que el día que llegué a este mundo…
Todas las que acompañaban a mi progenitora
pusieron un huevo a la vez…

En el mundo de las gallinas...
Ese es el mensaje…
De la Longevidad…

Y hoy yo… después de 17 años…
Sigo poniendo huevos de la buena suerte…
Aunque sea…
De vez en cuando…
Si quieres conocerme más...
Picotea aquí...

sábado, 19 de julio de 2008

TALLA XXL



Y como todos imaginábamos Eusebia no entraba en la caja.
Y mira que habíamos buscado la más grande.
Y es que Eusebia dio problemas desde el día en que le tocó venir a este mundo.

Su madre lo había contado muchas veces a las vecinas.
Cómo empujaba y empujaba.
Cuántas horas de dolor pasaron hasta que consiguió que de entre sus piernas saliera esa enorme cabeza a la que seguía un cuerpo ya criado.
Y contaba cómo el tiempo se convirtió en interminable.
En esfuerzos titánicos para conseguir expulsar a esa niña que ya nació crecida, desmesurada, enorme, mejor dicho gigante.
Sus ochos kilos de peso fueron la prueba.

A su madre le agotó hasta la extenuación para que saliera a esta vida.
Ahora cincuenta años después nosotros no sabemos ya qué hacer para meterla en la caja que la lleve a alguna otra.

sábado, 12 de julio de 2008

VOSOTRAS Y VOSOTROS… (Políticamente correcto)





Con el video… mucho mejor acompañado…

amigo, ga.
(Del lat. amīcus).
1. adj. Que tiene amistad.
U. t. c. s. U. como tratamiento afectuoso, aunque no haya verdadera amistad.

Me quedo con el adjetivo

Amistad… que palabra tan mal usada…

Creo formalmente en el uso correcto de las palabras
que llevan sentimientos dentro…
y de las otras… también…

Yo sólo digo amigo…
cuando sé… que podría ir con él en el mismo
coche…
como Telma y Louise…

Sólo lo digo…
cuando daría ése trozo de mí porque el otro lo necesita…
aunque no me lo pidiera…

Sólo digo amiga o amigo…
cuando lo siento…

Los otros… Los demás… son conocidos…

Tampoco convierto el Te quiero…
en una palabra de todo a cien…

De ésos Te quiero que son fáciles de regalar.

Si te digo Te quiero… bébetelo de un trago
porque no es una copa de botellón…

Si te digo que eres mi amigo…
que sepas que lo estoy diciendo con esas
letras grandes…
a las que llaman mayúsculas…

Ésas… que me llenan la boca…

Si te digo Te amo… éso… ya… son palabras mayores…


P.D.
Amigo palabra que me enseñaron en el colegio que englobaba a amigo y a amiga.
Soy feminista.
Pero creo que hay muchas más cosas por conseguir…
que convertir un Amigo en Amig@...
Creo firmemente que en algunos países hay derechos más importantes por alcanzar…
como por ejemplo…
que a una mujer se le considere persona.



domingo, 6 de julio de 2008

RITUALES...


María mordió la fresa.
El jugo se resbaló por la comisura de sus labios.
Silvia se lo bebió con su lengua.

Comenzaba el ritual de sábado…
El día de juego…
De frutas lamidas en cuerpos desnudos…
De dedos curiosos que exploran piel…
Que ratonean…
Que llaman a las cosquillas…
El día de calma…
De manos que dibujan círculos en la cabeza…
Suavemente…
Masajeando…
Despeinando la melena e incitando a más…
El día sin prisa…
De abrazos en sofá…
Con música de frutas…

Hoy es domingo…
Los besos continúan…
El juego de cuerpos también…