viernes, 25 de enero de 2008

Cenando cinco palabras

Estaban cinco comensales cenando estas cinco palabras: Fuego, Luz, Callos, Periódico, Diablo
Y ésto... es lo que se les ocurrió mientras las masticaban...


Primer comensal

De las entrañas de fuego…
Ha venido la luz…

Mas de los callos, sólo ha venido
el hálito periódico del Diablo

Segundo comensal

El periódico hoy arroja luz al hecho consabido de que el Diablo tiene callos en las manos de empujar inocentes al fuego del infierno.


Tercer comensal

A la luz del día, después de leer el periódico, estaba María preparando unos callos para la familia, acordándose hasta del propio Diablo:
- Cómo puedo cocinar ésto, si ni siquiera me gustan-

Cuarto comensal

En la oscura habitación, donde dormía un pequeño agujero en la ventana, que permitía la entrada de un rayo de luz, yo leía la sección de sucesos del periódico, la siguiente noticia:

“Mujer muere en extrañas circunstancias mientras cocinaba unos callos. Parece ser que del fuego donde los cocinaba, apareció una figura que se parecía al Diablo”

Quinto comensal

Te seguiré echando periódicos
hasta que ardas…

A esa parte de callo que ocultas…
que tapas sin luz

Te abrasaré con mis palabras
y apagaré tu fuego de Diablo

Conseguiré que los demás
vean tu sombra gris…


Todo ésto con tan sólo una botella de vino… Así que si tú también quieres jugar… Ya sabes… puedes pinchar en comentarios…

2 comentarios:

Alicia Abatilli dijo...

Menuda cena nos describes, niña.
Excelente tu blog, excelente cada entrada.
Quedo como visitante diaria de tu casa.
Alicia.

Anónimo dijo...

Entro en el juego...:

Una noche perfecta… fiesta, risas, inhibición… incluso un ligero exceso de alcohol.
Fue ella quien se acercó.
Entre los recuerdos vagos de nuestra conversación, quizás algo de su trabajo en un periódico y un antiguo novio que la dejó.
Horas después, no recuerdo bien como, estaba en mi cama, pasión, desenfreno… un fuego que quemaba.
Al llegar el alba, la luz se colaba por las rendijas de mi persiana. La miré, me miró, la besé, me besó mientras yo pensaba: “Diablos, ¡¡¡Qué Callo!!!”


Isma.