Tu vestido es gris. Tu mirada también. Sabes que nadie de los que van a tu lado se han percatado de tu presencia.
Pasas inadvertida agarrada a la barra metálica que te ayuda a sostenerte. Llevas veinte años haciendo el mismo viaje, cinco días a la semana. Pocas veces consigues asiento. En la estación anterior a la tuya siempre entra mucha gente.
Fuera de este metro te ocurre lo mismo, siempre llega antes alguien que ocupa el lugar que tú querías.
Te ocurrió con tu hermana mayor. Cuando tú llegaste a la vida, tus padres estaban demasiado ocupados en ella. Casi ni te vieron. Ella brillaba. Tú eras gris.
Faltan diez minutos para que tengas que bajarte. Andarás medio kilómetro y una máquina de fichar te esperará en la puerta.
Después ocho horas en una cinta llena de tuercas, que tú deberás introducir en cajas con movimiento de robot. El puesto de encargada ya lo has olvidado. A la largo de estos años siempre otra ha llegado a él antes que tú.
Anuncian tu parada por megafonía. Las puertas se abren.
Tú sales la última.
Pasas inadvertida agarrada a la barra metálica que te ayuda a sostenerte. Llevas veinte años haciendo el mismo viaje, cinco días a la semana. Pocas veces consigues asiento. En la estación anterior a la tuya siempre entra mucha gente.
Fuera de este metro te ocurre lo mismo, siempre llega antes alguien que ocupa el lugar que tú querías.
Te ocurrió con tu hermana mayor. Cuando tú llegaste a la vida, tus padres estaban demasiado ocupados en ella. Casi ni te vieron. Ella brillaba. Tú eras gris.
Faltan diez minutos para que tengas que bajarte. Andarás medio kilómetro y una máquina de fichar te esperará en la puerta.
Después ocho horas en una cinta llena de tuercas, que tú deberás introducir en cajas con movimiento de robot. El puesto de encargada ya lo has olvidado. A la largo de estos años siempre otra ha llegado a él antes que tú.
Anuncian tu parada por megafonía. Las puertas se abren.
Tú sales la última.
Nota de la autora:
Para mi anfitriona de St. Jordi.
Porque afortunadamente su Camino tiene mucho color...
6 comentarios:
Dicen que casandra está condenada a q nadie le crea, aún así me arriesgo a decirle q me gusta el cómo escribes. Tu blog tienen el mismo diseño del mío, pero yo no tengo tu talento.
Un besito para mi escritora.
Por suerte la tuya (de vida) tiene tanto ó más color que la mía.
Sigamos así!!!
Besos de tu anfitriona que está deseosa de volver a serlo!
le recomendaría a la protagonista un poco de lectura de EoE para que, por lo menos sus trayectos, no fueran tan grises ya que EoE da pinceladas de color hasta a los caminos grises. Sos Magna
Niña linda!!!
Qué bueno es volver a leerte!!!!
Y segura estoy, que tú no sales de última, ni del metro, ni de los sueños...
Buena noticia, para los secretos compartidos jajaja
BESOTESSSSSSSS
Y lindo finde.
Gizz
A la salud de tantas vidas grises, no por gusto, sino por destino.
Un gran abrazo!
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